¿Qué dijo y qué debió decir mi Presidente?

¿Qué dijo y qué debió decir mi Presidente?
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Compatriotas, les tengo una mala noticia: a mí se me hace que la Presidencia de la República ya nos tomó la medida. Se filtra una noticia alarmante de corrupción, de violencia, de autoritarismo sobre la que debería posicionarse. Las redes sociales se desbordan. Los tuiteros damos cátedra de integridad moral. Pedimos RT para sumar a nuestra indignación. Y luego pasa otra cosa, cualquier otra cosa. El Presidente se acuerda de los besos que le dieron en campaña y arranca la competencia de memes. O Margarita Zavala se pone en plan El Viejo y la Mar y nos desata la risa. O algo. Lo que sea. La Presidencia lo sabe. Y por eso se pudo dar el lujo de dar una respuesta improvisada al tema más grave publicado esta semana, y probablemente en este año: el gobierno mexicano es acusado de espiar a sus críticos.

Si no fuera porque llevan años en esto, sorprendería que insistan en desdeñar el manejo de crisis. La respuesta de la Presidencia fue retomar sin mayor auscultación, la respuesta del director general de medios internacionales, quien prácticamente garabateó un post-it diciendo que “no hay pruebas” (no que sea falso, sólo que no se puede demostrar) y pidiendo que por favor vayan y entreguen pruebas (ésas que no hay) a la PGR para que ésta pueda investigar.

El discurso que, días después, dio Enrique Peña Nieto en Lagos de Moreno al respecto, no sólo dio la impresión de que el Estado mexicano no entendió la dimensión, ni preparó una respuesta blindada, sino que mostró que la palabra del Comandante Supremo de nuestras Fuerzas Armadas es descuidada y, en ocasiones, ininteligible. Tal vez es cierto, que el gobierno no tenía la intención de decir lo que acabó diciendo. De hecho, creo honestamente que no fue la intención. Pero lo cierto es que, al descuidar la importancia de la respuesta, se desencadenó una crisis aún más grave que la ocasionada por el New York Times. Retomo algunas frases:

•“Nadie puede señalar o advertir que este gobierno no haya tolerado, haya sido condescendiente, haya aceptado y haya reconocido que la crítica enriquece el actuar del gobierno”. Es cierto, nadie puede señalar que este gobierno haya reconocido que la crítica enriquece el actuar del gobierno.

•“Por eso somos un gobierno que condenamos de manera categórica cualquier intervención que se tenga en la vida privada de quienes son activistas y de cualquier persona”…. Ahhhh ese instrumento tan efectivo que es la condena categórica.

•“Déjenme decirles que este gobierno rechaza categóricamente (otra vez categórico, ¡eso!) cualquier tipo de intervención en la vida privada de cualquier ciudadano.” Cualquier tipo, cualquier ciudadano. Me imagino que con excepción de los criminales porque… luego el gobierno dirá que sí tiene estos programas y que sí los usa. Este es un clásico error que viene de no dar dimensión a lo que se defiende, de no presentar el debate entre seguridad y privacidad, de darse el lujo de improvisar un mensaje en donde la precisión es tan importante…

•“Nada más falso que eso (que el gobierno espíe). Porque ninguna de las personas que se sienta agraviada puede afirmar o mostrar o evidenciar siquiera que su vida se haya visto afectada, lastimada, por esas supuestas intervenciones y por ese supuesto espionaje”. Porque, si no te lastima, no hay espionaje. Es el “ojos que no ven, corazón que no siente” del espionaje.

•“Somos una sociedad que las más de las veces nos sentimos espiados. Yo mismo como Presidente de la República”. Pero lo cierto es que yo nunca me he sentido espiada, ni cuando, trabajando en gobierno, me han dicho que lo soy…

•“Espero que la PGR con celeridad pueda deslindar responsabilidades y espero, al amparo de la ley pueda aplicarse contra aquellos que han levantado estos falsos señalamientos contra el gobierno”. Ay, no, no contra ellos…

Y puede ser, puede ser que Peña Nieto no haya querido decir lo que dijo. Pero el hecho de que no haya dicho lo que debió decir habla de lo irrelevante que le pareció al gobierno este episodio. ¿Qué debió haber dicho Enrique Peña Nieto? Idealmente en una conferencia citada para esos fines, pero si se quiere como colita de algún evento (de seguridad, no de inversión), el Presidente debió haber dicho que el gobierno mexicano efectivamente usa equipo de espionaje en las tareas de seguridad cuando enemigos del Estado han caído en los supuestos legales que autorizan esa intervención, pero que la legalidad implica siempre el derecho a la privacidad. Tal vez pudo haber explicado que la seguridad y la privacidad pueden entrar en conflicto y que sólo el grado de amenaza puede determinar cuál debe privilegiarse. Pudo explicar cómo funcionan las intervenciones y en qué casos se usan. Debió haber negado categóricamente (ahí sí) que exista dicha intervención en contra de activistas y periodistas por instrucciones gubernamentales, pero que, de encontrarse en la investigación, sería castigada con todo el peso de la ley. Debió agradecer a los denunciantes por hacer sonar la alerta y debió garantizarles seguridad y tranquilidad.

Debió hablar de legalidad, no de venganza. Debió convocar, no increpar. Debió preocuparse, no enojarse. Pero bueno, para hacerlo, probablemente debió ser otra persona, de otro gobierno, en otro momento, en otro país…

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